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1.La Generación del 98.
2.Valoración crítica:
Ancia.
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SI TIENES QUE RESPONDER A UNA CUESTIÓN TAN AMPLIA COMO ÉSTA,
DEBES SINTETIZAR TUS CONOCIMIENTOS AL MÁXIMO. EMPIEZA POR UNA INTRODUCCIÓN
GENERAL SOBRE LA GENERACIÓN. AL HABLAR DE SUS CARACTERÍSTICAS,
INTRODUCE A LOS ESCRITORES QUE LA FORMAN Y A SUS OBRAS Y TERMINA CON UNA
BREVE CONCLUSIÓN. |
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INTRODUCCIÓN |
1.La Generación del 98.
Podemos definir la generación del
98 de una manera amplia, como un conjunto de escritores, pensadores, científicos,
artistas etc., que se sienten profundamente afectados por la crisis de
valores de fines del XIX; y, que creen que la guerra de 1898, y la pérdida
de los últimos restos de lo que había sido el imperio español,
es un momento adecuado para la regeneración moral, social y cultural
del país. En este sentido forman parte de la generación
del 98 médicos como Santiago Ramón y Cajal, historiadores
como Ramón Menéndez Pidal, pintores como José
Gutiérrez Solana o escritores como Miguel de Unamuno
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A los escritores de la generación del 98 les interesa la renovación
formal del arte que proponen los modernistas , pero se diferencian de
ellos porque buscan un estilo sencillo y antiretórico, renuevan
y enriquecen la lengua con neologismos, pero prefieren recuperar
léxico tradicional castellano caído en desuso, a introducir
las muchas palabras exóticas, sonoras, cosmopolitas, que encontramos
en cualquier texto modernista.
Si el modernismo encuentra en la poesía su género literario
más representativo, el grupo del 98 cultivará la prosa,
la novela y sobre todo el con ensayo, como género
adecuado para dar rienda suelta a sus inquietudes.
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DESARROLLO DEL TEMA: CARACTERÍSTICAS, AUTORES Y OBRAS. |
Dos son los temas que preocupan fundamentalmente
a esta generación: el tema de España y el sentido de la
vida humana.
La reflexión sobre qué es España,
las razones de su ininterrumpida decadencia desde el siglo XVII, son temas
de amplia tradición en la literatura española, desde los
escritores barrocos como Baltasar Gracian o Saavedra Fajardo, a los ilustrados
como Cadalso o Jovellanos, o los románticos como Larra.
Unamuno forma parte del grupo de intelectuales
que pretenden sacar a España de su progresivo hundimiento sin recurrir
a soluciones políticas. En un primer momento, que puede representar
su ensayo En torno al casticismo, cree que el falso patriotismo,
el militarismo, los malos políticos y la incuria de los intelectuales
ha propiciado la decadencia de España, que puede encontrar solución
abriéndose a Europa y conservando lo mejor de la raíz española,
que perdura en el común de los hombres que con su quehacer diario
va marcando el paso de la historia, lo que él llamaba la intrahistoria.
Más tarde Unamuno rechazó esa apertura
a Europa y en otro ensayo Vida de Don Quijote y Sancho,
ensalza al hidalgo manchego como paradigma de los valores morales y espirituales
españoles frente al racionalismo europeo.
Azorín en sus primeros escritos también
hacen una aguda crítica de la España contemporánea.
Azorín el personaje que protagoniza sus novelas, Antonio
Azorín o La voluntad, se angustia por encontrar un sentido
a la vida y por la miseria moral y social que percibe a su alrededor.
Está convencido de que el anarquismo sería la forma más
rápida de alcanzar la justicia social. Azorín mitiga bastante
su ideario a partir de Las confesiones de un pequeño filósofo,
cuando cree que sólo la educación y la cultura harían
posibles las reformas que España necesitaba.
Pío Baroja vierte su preocupación
por España en sus novelas, en especial en La busca,
la primera de la trilogía La lucha por la vida. Presenta
una imagen terrible de la realidad social de su tiempo, de los
que luchan por la vida desde el arroyo, denunciando la corrupción,
la injusticia y el egoísmo de la sociedad española.
Al preguntarse por el sentido de la vida y
no encontrar respuestas estos escritores viven una profunda crisis vital
y existencial. Todos ellos han superado la religiosidad tradicional, han
sido profundamente influidos por los primeros filósofos existencialistas
y se han separado de la ortodoxia católica. Unamuno se siente desgarrado
entre la imposibilidad de reconciliar fe y razón, el deseo de creer
en la inmortalidad y la idea desgarradora de que tras la muerte no hay
nada. Ante la imposibilidad de usar la razón para obtener respuestas
satisfactorias recurre al irracionalismo, la razón es enemiga
de la vida terminará diciendo. Estos temas se exponen en sus
ensayos Del sentimiento trágico de la vida, La
agonía del cristianismo; en sus novelas San Manuel
Bueno Mártir, Niebla; o en alguna obra teatral
como El pasado que vuelve.
La respuesta barojiana al sentido de la vida es negárselo,
la vida carece de sentido, el fuerte triunfa siempre sobre el débil,
que debe luchar siempre, aunque sepa que la lucha está condenada
al fracaso, en este sentido es El árbol de la ciencia
la novela de Baroja más inmersa en la corriente existencial.
Otro aspecto claramente noventaiochista son la admiración
por Castilla y su austero paisaje, al que contemplan de forma subjetiva
y más que reflejar de manera realista tierras y gentes, proyectan
en él su propio espíritu, Castilla de Azorín
o Viajes por tierras de Portugal y España de Unamuno,
son libros que responden a esta tendencia |
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CONCLUSIÓN |
Además de Unamuno, Azorín y Baroja,
suelen incluirse en esta generación literaria a Valle-Inclán
y a Antonio Machado. El esteticismo de Valle en las Sonatas
le acerca a los presupuestos del modernismo; la dureza y el sarcasmo
de sus esperpentos o de las novelas del Ruedo Ibérico
van mucho más lejos, en su crítica feroz a la situación
social y política de su época que la mayoría de los
postulados reformistas de la generación del 98.
El interés por el paisaje y los tipos castellanos,
la crítica social de algunos poemas de Campos de Castilla
de Machado le acercan a este grupo, aunque se diferencia de ellos por
el intimismo simbolista de Soledades, galerías de
otros poemas, el popularismo de Nuevas canciones
o por los poemas militantes que Machado escribió en plena guerra
civil, cuando las circunstancias mostraron. que las ideas del 98 habían
quedado ampliamente superadas por los acontecimientos que desencadenaron
la guerra civil del 36.
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2.Valoración crítica
de la obra que usted ha leido: Ancia.
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INTRODUCCIÓN: LOCALIZACIÓN DEL LIBRO E IDEA
GENERAL DEL MISMO. |
Ancia es una antología de poemas de Ángel fieramente
humano y Redoble de conciencia.
Publicada en 1958, tiene todas las características de la poesía
de Otero en la década de los cincuenta: poesía existencial,
angustia, desesperación, soledad del hombre ante el silencio de
Dios, un ser implacable contra el que el poeta protesta y deseo de comunicar
a los hombres, que no esperen nada de él y que se basten a sí
mismos. Un paso intermedio entre la primera poesía religiosa, Cántico
espiritual y el paso a la poesía social, Pido la paz y la
palabra o Que trata de España de los años siguientes.
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DESARROLLO: CARACTERISTICAS DEL LIBRO, CITAS Y OPINIONES
SOBRE EL MISMO |
En Ancia están presentes muchas de
las características de la poesía de Blas de Otero, tan fácil
de reconocer por su tono emotivo, plagado de exclamaciones e interrogaciones,
por su léxico directo y duro y por los múltiples y llamativos
recursos estilísticos que emplea: alteración de frases hechas
cambiando profundamente su significado: tú y yo, cogidos de
la muerte; abundancia de gerundios y de adverbios en mente,
clamando, retumbando, arrebatadamente; uso constante de las repeticiones
y paralelismos:
nadie, nadie; caer, no llegar nunca
nunca, nunca; morirse y no poder
....
Alzo la mano, y tú me la cercenas
Abro los ojos: me los sajas vivos
....
De los poemas de esta antología, llaman poderosamente
la atención el primero, dedicado a la inmensa mayoría,
aquel en que da su terrible definición de lo que es el hombre:
¡Ángel con grandes alas de cadenas!, también
otro dónde se dirige a Dios de la siguiente manera: ¡Si
yo pudiese matarte como haces tú!, o aquel en que define a
su propia generación: Unos hombres sin más destino que
apuntalar las ruinas.
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CONCLUSIÓN |
En suma el poeta sabe como comunicar su visión personal de un
mundo en el que no hay salidas y aunque, en algún momento, puede
pensarse que el amor es una esperanza de salvación y refugio para
tanta desesperación, en la visión personal de Otero, es
sólo una nueva fuente de angustia: Sentimos la soledad de dos.
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