Lee detenidamente el texto y responde a las
cuestiones indicadas más abajo:
El contraste de tendencias entre Bernini y Borromini renueva, en condiciones
históricas distintas y con diversos caracteres, el contraste que se había
manifestado- en los primeros años del Seicento- entre las tendencias pictóricas
iniciadas por Annibale Carracci y por Caravaggio. También en la arquitectura
se produce una rebelión antimanierista; y Bernini y Borromini son antimanieristas
como lo habían sido Annibale Carraccci y Caravaggio. También en la arquitectura
la rebelión antimanierista significa la revaloración de la poesía contrapuesta
a la prosa, pese a que tanto Bernini como Borromini conciben la " poesía"
de la arquitectura de manera absolutamente diversa y hasta contradictoria".
(G.C. Argan, La arquitectura barroca en Italia, Buenos
Aires, 1960)
a) Resume las ideas
fundamentales del texto
b) Comente la obra
de Bernini y Borromini
c) Escuelas pictóricas
barrocas más representativas
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a) Resume las ideas fundamentales
del texto incluyendo un comentario crítico sobre el mismo
Se trata de un texto historiográfico, extraído
del libro "La arquitectura barroca en Italia", de Giulio
Carlo Argan, renombrado historiador del arte italiano y
especialista en arquitectura barroca. El autor establece una comparación
respecto a la diversa manera de concebir la arquitectura los dos más grandes
arquitectos barrocos italianos, Bernini y Borromini. Coetáneos ambos,
tienen en común su rebelión contra el Manierismo, pero su arquitectura
es muy diferente e incluso contradictoria. Argan atribuye este contraste
de tendencias a que son distintas las condiciones históricas en que trabajan
y sus caracteres.
Indica también que las diferencias artísticas entre
ellos son similares a las que con anterioridad existían entre los dos
pintores barrocos italianos más importantes, Annibale Carraci y Caravaggio.
El Manierismo es un estilo artístico que surge
y se desarrolla en Italia entre 1520 y 1600, en pintura especialmente.
Los artistas trabajan "alla maniera de" los grandes maestros del Renacimiento
(Leonardo, Rafael y Miguel Ángel) -de ahí su nombre- pero recrean sus
formas con libertad. Es un estilo anticlásico, intelectual, refinado y
elitista, caracterizado por la confusión, desproporción, falta de armonía,
ausencia de perspectivas clásicas, movimiento exagerado, composiciones
rebuscadas, formas alargadas, serpentinatas,
con escorzos atrevidos, colores estridentes e irisados, luces artificiales.
A finales del siglo XVI los artistas italianos van
a reaccionar contra el Manierismo, que ya no sirve para los propósitos
religiosos contrarreformistas, propios del resurgir católico frente al
protestantismo; la Iglesia necesita un arte comprometido al servicio de
la fe, que sea popular e implique emocionalmente a la gente. Así surge
en Italia un nuevo estilo: el Barroco. El cambio se inicia en pintura
pero con dos tendencias muy diferentes, incluso opuestas:
- Frente a la artificiosidad manierista, Annibale
Carracci prefiere el clasicismo: belleza intelectualizada e
ideal, buen dibujo, armonía y claridad en la composición, colorido suave.
Sus figuras heroicas son a la vez verosímiles y expresan sentimientos.
Se inspira en la naturaleza para mejorarla.
- Caravaggio es un pintor revolucionario estéticamente.
Gusta del naturalismo: imita la naturaleza pero sin mejorarla,
su realismo es crudo. Los personajes de sus cuadros religiosos son vulgares,
feos, incluso desagradables, faltos de decoro. Escandaliza a la misma
Iglesia que no le perdona lo que considera falta de respeto. Sus partidarios
sin embargo creen que así el pueblo se emociona y puede identificarse
mejor con los santos y mártires. Es el introductor del tenebrismo,
que consiste en aplicar una luz muy fuerte sobre determinadas figuras
y objetos, destacados sobre el fondo en penumbra, creando violentos contrastes
entre zonas iluminadas y otras oscuras, lo que produce un dramatismo efectista
y teatral.
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G. C. Argan (1909-1992): fue un historiador y
teórico del arte italiano. Gran especialista en arte renacentista y barroco,
también escribió sobre arquitectura contemporánea y monografías de artistas.
Entre sus obras citaremos "Arte Moderno", "Proyecto y destino", "Walter
Gropius y la Bauhaus" y "La arquitectura barroca en Italia". Fue también
alcalde de Roma entre 1976-1979.
Serpentinata: figura que presenta un movimiento
giratorio de las caderas, hombros y cabeza.
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En arquitectura Bernini y Borromini
son los dos artistas claves del Barroco. Aunque contemporáneos, ya que
pertenecen a la generación de 1630, son muy diferentes:
Bernini es un artista polifacético -arquitecto,
escultor, pintor, comediógrafo y compositor-. Es también un hombre de
mundo, brillante, simpático, rico, que goza de gran fama y éxito, protegido
por el papa Urbano VIII y más tarde por Alejandro VII, para los que trabaja.
Tiene un gran taller y deja en manos de sus asistentes los detalles de
sus diseños. Proyecta sus edificios de acuerdo con las proporciones del
cuerpo humano, según la concepción clásica. Usa elementos constructivos
clásicos: columnas y pilastras de órdenes clásicos, prefiriendo el orden
gigante, entablamentos, frontones y artesonados clásicos, pero tratados
de forma poco ortodoxa. Los elementos decorativos que emplea son abundantes
y de gran riqueza (mármoles veteados, bronces, estucos pintados), buscando
el colorido y los juegos de luz y sombra. Le interesa la fusión de la
escultura y la pintura con la arquitectura, para conseguir efectos escenográficos
sorprendentes y espectaculares. Resumiendo, pese a sus innovaciones, Bernini
no llega a cambiar la esencia de la tradición renacentista, de la que
se siente deudor, aunque se acerca a ella de manera independiente y creativa.
Su fecunda obra ha sido muy imitada.
Borromini, por el contrario, es un hombre tímido,
profundamente religioso, mentalmente desequilibrado, de carácter difícil,
solitario y con poco éxito, que se acaba suicidando. Tras una breve colaboración,
se convierte en rival de Bernini. Se dedica en exclusiva a la arquitectura
y vigila personalmente la ejecución de sus obras, con gran dominio técnico.
Trabaja para las órdenes religiosas, que no tienen muchos recursos; suele
construir iglesias de pequeñas proporciones y materiales pobres (ladrillo,
estuco) pero que destacan por sus innovaciones técnicas, originalidad,
movimiento y libertad de formas. Los elementos arquitectónicos que emplea
son clásicos pero los utiliza con libertad e imaginación, sin respetar
las normas. Borromini es un arquitecto revolucionario, que rompe con la
tradición clásica, al renunciar a planificar de acuerdo con módulos y
proporciones clásicas. Su arquitectura es extravagante, audaz y fantástica.
Gusta de muros alabeados, fachadas cóncavas, juegos de luces y sombras
y plantas complejas de gran dinamismo. Evita la inclusión de otros géneros
artísticos en la creación del ambiente espacial. La decoración interior
es geométrica, menos recargada que la de Bernini. Ejerce gran influencia
posterior en toda Europa. |
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b) Comente la obra de Bernini
y Borromini.
Gian Lorenzo Bernini (1598-1680). Este genial
arquitecto y escultor es autor de gran número de obras maestras. Entre
sus construcciones, principalmente religiosas, destacan las siguientes:
Baldaquino de San Pedro, en el Vaticano, colocado bajo la cúpula
de Miguel Ángel, está realizado en bronce, de 30 metros de altura, con
cuatro columnas salomónicas adornadas con hojas de vid (símbolo de la
Eucaristía) y abejas (de la familia Barberini). Borromini colaboró en
el remate.
San Andrés del Quirinal, pequeña iglesia de planta elíptica,
con un pórtico semicircular con un entablamento curvo y volutas que
sostienen un escudo.
La Plaza de San Pedro, que comenzó a urbanizar en 1656 por
encargo de Alejandro VII. Es de forma elíptica, con una colosal columnata
exenta de cuatro filas de columnas dóricas, en dos brazos curvos, con
un entablamento recto coronado por esculturas, en torno a un obelisco
central. Es una plaza espectacular, de gran sentido escenográfico, buscando
el efecto sorpresa. Los brazos son símbolo de la Iglesia que acoge a
los peregrinos y de la capitalidad universal de la Roma papal. Entre
sus construcciones civiles destacan:
La Scala Regia, escalera ceremonial en el Vaticano, donde coloca
un orden de columnas dentro que, sin romper la perspectiva, dan sensación
de mayor amplitud.
La fachada del Palacio Barberini y el Palacio Odescalchi.
Bernini se sentía fundamentalmente un escultor, como su admirado
y homónimo Miguel Ángel. Su obra escultórica es extensa e innovadora,
en ella manifiesta un extraordinario virtuosismo en el estudio de cuerpos,
calidades, expresión de sentimientos y juegos de luces y sombras. Es un
creador de modelos iconográficos. Destacan: David,
Apolo y Dafne, grupo de tema mitológico,
el Éxtasis de Santa Teresa,
la Beata Albertoni, la Catedral
de san Pedro, sepulcros,
la fuente de los Cuatro Ríos y retratos-bustos.
Francesco Borromini (1599-1667): este arquitecto
extraordinario, nacido en Lombardía, dejó varias edificaciones famosas,
todas ellas en Roma:
San Carlos de las Cuatro Fuentes, su obra maestra. Iniciada
en 1634, esta pequeña iglesia es de planta central ovalada, al igual
que la cúpula, decorada con artesonados de forma octogonal, exagonal
y en cruz, que van disminuyendo de tamaño hacia el centro; es un recurso
ilusionista para conseguir mayor altura. La fachada, empezada en 1665,
es muy movida, organizada en tres vanos con entrantes de forma cóncava
y salientes convexos que se alternan; el entablamento se ondula; adornada
con nichos con estatuas, buscando el claroscuro, presenta un medallón
ovalado en el centro. En la esquina coloca una fuente y esculturas.
Sant' Ivo alla Sapienza, en la Universidad romana, de planta
mixtilínea y fachada cóncava, con una fantástica cúpula coronada por
una linterna en espiral, inspirada en los zigurats mesopotámicos.
Santa Inés combina una cúpula central con dos linternas laterales
en la fachada cóncava.
Oratorio de San Felipe Neri, fachada alabeada cóncava, rematada
con frontón mixtilíneo. El interior tiene una caprichosa cúpula nervada,
inspirada en el arte gótico.
Galería del palacio Spada, su perspectiva ilusionista amplía
el espacio (8,6 metros simulan 37)
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David: representado como un adolescente, cuyo
rostro ceñudo por el esfuerzo es un autorretrato del escultor.
tema mitológico: inspirada en Las metamorfosis
de Ovidio. Apolo persigue a la ninfa Dafne, quién se convierte en árbol.
Bernini capta con gran realismo el instante en que la ninfa se transforma
en laurel cuando el dios la alcanza. Bernini representa el terror de Dafne
y el anhelo y sorpresa de Apolo
Éxtasis de Sª. Teresa: Bernini muestra
el instante en que el bellísimo ángel traspasa con una saeta el corazón
de la santa. Se encuentra en la Capilla Cornaro de la iglesia de Santa
Maria de la Vittoria; los miembros de la familia Cornaro asisten al éxtasis
en fingidos palcos. El altar es como un escenario.
Catedral de San Pedro: relicario para la silla
de San Pedro en bronce dorado, mármol y vidrio
sepulcros: como el del papa Urbano VIII, donde
establece un nuevo tipo de monumento papal y el del papa Alejandro VII.
retratos-bustos: como los de Scipione Borghese
y Luis XIV, en el que establece el retrato oficial de monarca absoluto
del Barroco
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c) Escuelas pictóricas
barrocas más representativas
Todas ellas presentan las características generales
propias del Barroco: composición a base de líneas diagonales y curvas;
colorido variado, con un color predominante para dar unidad al cuadro,
aplicado con pinceladas sueltas y deshechas; contrastes de luces y sombras;
poca importancia de la línea; naturalismo y gusto por los detalles; falta
de claridad y confusión en el significado; dominio de la perspectiva
aérea
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perspectiva aérea: sistema pictórico
que trata de conseguir la profundidad en una superficie plana. Puede ser
lineal, cuando las líneas de las figuras convergen hacia el punto de fuga
en el fondo, y aérea, que estudia la transformación de la percepción de
los objetos en función de la distancia y de la luz |
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ESCUELA ITALIANA. Italia es la cuna y el principal
centro artístico del arte barroco. El pintor más genial es Michelangelo
Merisi, llamado Caravaggio (1573-1610), de personalidad violenta.
Su obra naturalista responde al espíritu de la Contrarreforma.
Entre sus obras, predominantemente religiosas, destacaremos: La muerte
de la Virgen, La vocación de San Mateo, La conversión de
San Pablo, La crucifixión de San Pedro, Baco, bodegones,
etc.
Otra tendencia pictórica es el clasicismo de los hermanos
Carracci, de Bolonia. Fundan una Academia para la formación técnica
y humanística de los artistas. El mejor es Annibale (1560-1609).
Destacan sus frescos de la galeria del palacio Farnesio, con escenas
mitológicas enmarcadas por arquitecturas. Es el padre del paisaje clasicista,
con escenas idílicas en una naturaleza serena (La huída a Egipto).
En la segunda mitad del siglo XVII se desarrolla una
tercera tendencia: la pintura decorativa. Se pintan bóvedas con
temas religiosos o mitológicos, de forma ilusionista, simulando cielos
("rompimiento de gloria") enmarcados por falsas arquitecturas donde
flotan muchas figuras, con escorzos impresionantes. Los mejores pintores
son Pietro da Cortona (frescos del palacio Barberini con
la gloria de Urbano VIII) y Luca Giordano, que trabaja para Carlos
II en España en Madrid y El Escorial.
ESCUELA FRANCESA. En la primera mitad de siglo
se advierte la influencia de Caravaggio en una corriente naturalista,
cuyo mejor representante es Georges de La Tour (1593-1652) que
pinta escenas religiosas, iluminadas por velas, de composición sencilla,
con volúmenes geométricos y simples (La Magdalena).
Dentro de la tendencia clasicista destacan
dos pintores residentes en Roma. Nicolas Poussin (1594-1665) es
la figura clave del clasicismo. De formación humanística y magnífico dibujante,
pinta temas mitológicos combinados con paisajes, con personajes dignos
y serenos, composiciones ordenadas y claras, color influido por los venecianos.
Pastores de Arcadia, El Parnaso son dos de sus cuadros.
Claudio de Lorena (1600-1682) es especialista
en paisajes con arquitecturas clásicas, captados al amanecer o crepúsculo,
para conseguir luces poéticas (Puerto de Ostia con el embarque de Santa
Paula).
ESCUELA FLAMENCA. En el siglo XVII los Países
Bajos se escinden en Flandes- católico y bajo dominio español- y Holanda-
calvinista e independiente del dominio español tras larga lucha.
Pedro Pablo Rubens (1577- 1640), es el mejor
pintor flamenco. Tras viajar por Italia, monta en Amberes un taller de
gran éxito, con muchos ayudantes. Su obra es muy amplia. Es un extraordinario
colorista, sus composiciones están llenas de dinamismo y complejidad,
con personajes musculosos y desnudos femeninos sensuales y nacarados.
Junto a los retratos, destacan entre sus obras El Descendimiento,
La adoración de los Reyes Magos, El jardín del amor y Las
tres Gracias (estas tres últimas en el Museo del Prado)
Anton Van Dyck (1599 -1641) discípulo de Rubens,
es nombrado pintor de cámara por Carlos I Inglaterra. Crea el tipo de
retratos de corte: personajes de cuerpo entero, en pose, manos delgadas,
elegantes y refinados, con gran calidad en las telas, joyas... Es un gran
colorista (azules, grises, rojos...)
Jacob Jordaens (1593-1678) pinta temas de género,
como El rey bebe, alegres y satíricas.
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ESCUELA HOLANDESA. La República holandesa
es una nación rica y próspera en el siglo XVII con una economía basada en
el comercio. Hay un gran auge pictórico. Orgullosa de su recién conseguida
independencia, la burguesía calvinista invierte en cuadros, en general de
pequeño formato, para decorar sus casas con géneros realistas que reflejan
su realidad cotidiana. Los pintores, en lugar de trabajar por encargo, comienzan
a producir "para el mercado". Los temas preferidos son retratos,
paisajes -marítimo, urbano o rural- interiores domésticos,
bodegones, etc. Desaparece la pintura religiosa y la mitológica es
muy escasa.
Frans Hals (1584-1666) es especialista en
retratos corporativos, con personajes alegres, comiendo
y conversando en torno a una mesa. La iluminación es natural y el colorido
rico, a pinceladas sueltas. Sus obras más conocidas son los oficialesde
la compañía de San Jorge,
Las regentes del asilo y La Gitana.
Rembrandt von Rijn, (1606- 1669) es la máxima
figura de la Escuela Holandesa y genio universal. Nacido en Leiden, se
instala en Amsterdam, donde recibe la influencia de Caravaggio. Lleva
una vida feliz, convirtiéndose en retratista de prestigio y de considerable
riqueza hasta1642 en que muere su esposa y se inicia una época difícil
para el pintor; arruinado, pasa su vejez aislado y en la miseria.
Rembrandt es el pintor de la luz. Su técnica tenebrista
consigue zonas de penumbra dorada frente a otras fuertemente iluminadas,
creando una atmósfera mágica y poética. El dibujo pierde importancia frente
al color, que es muy rico, lleno de matices, aplicado con pinceladas anchas,
espontáneas y pastosas.
Su obra abarca los más diversos géneros: paisajes,
naturalezas muertas (El buey desollado), temas mitológicos, escenas
religiosas (Cena de Emaús) y retratos, tanto individuales (Saskia,
numerosos Autorretratos), como colectivos (La lección de anatomía
del doctor Tulp, Los síndicos de los pañeros y La ronda
de noche, su obra maestra). Realizó también magníficos grabados al
aguafuerte. En su obra realiza
una reflexión sobre la condición humana, preocupado por captar el universo
interior del hombre, lo invisible. Para él tiene más importancia el verismo
y la sinceridad que la belleza clásica. Ha ejercido enorme influencia.
Jan Vermeer (1632- 1675) es el segundo en fama
de los grandes pintores barrocos holandeses. Sabemos poco de Vermeer,
salvo que vivió en Delft hasta que murió a los 43 años. Su obra es escasa
pero llena de originalidad. Pinta interiores domésticos, llenos
de calma y serenidad, en sencillas composiciones con una o dos figuras,
generalmente mujeres; la luz clara y fría, da volumen a las figuras y
juega con los colores en exquisitas vibraciones. Destacan La lechera,
La encajera, La carta y un único paisaje, Vista de Delft,
maravillosa y serena visión de su ciudad, considerado el primer cuadro
impresionista de la pintura.
Entre los pintores paisajistas destacan Hobbema
y Ruisdael.
ESCUELA ESPAÑOLA A pesar de la grave crisis
económica y política que sufre España en el siglo XVII, es un periodo
de esplendor cultural y artístico ("Siglo de Oro"). La clientela
de los pintores son iglesias y conventos, además de la Corte, ya que la
burguesía es casi inexistente. La mayor parte de la producción es pintura
religiosa contrarreformista sin que apenas exista pintura mitológica ni
histórica, siendo escaso el paisaje. Se cultiva mucho el bodegón y el
retrato. Los principales pintores son:
José de Ribera (1591-1652) valenciano, establecido
en Nápoles. Pinta cuadros de martirios y penitentes de estilo tenebrista,
dramáticos y de gran realismo, con dibujo de gran calidad y extraordinario
colorido (El martirio de San Felipe). Posteriormente su estilo
es iluminista (Inmaculada). Fue también un buen grabador.
Francisco de Zurbarán (1598-1664), extremeño
que trabaja en Sevilla. Pinta grandes ciclos de temas religiosos para
los conventos con un estilo tenebrista, en que la luz resalta el
efecto casi tridimensional de sus figuras, de perfiles remarcados por
un dibujo firme. Sus composiciones son estáticas, simples, pero su colorido
es muy rico (especialmente los blancos de los hábitos). Funde con gran
sencillez lo natural y lo sobrenatural (San Hugo en el refectorio).
Pinta también bodegones ascéticos, casi místicos, y retratos a lo divino
(santas representadas como damas de la época).
Bartolomé Esteban Murillo (1618-1682), sevillano,
tras unos primeros lienzos tenebristas, su estilo se ilumina y su paleta
se enriquece, con una factura suelta y vaporosa, por influencia de Rubens.
Tiene enorme éxito con sus pinturas religiosas dulces y graciosas (Inmaculadas,
Niños de la Concha) y sus pícaros niños.
Diego Velázquez (1599-1660) sevillano, es el
mejor pintor del Barroco en España y una cumbre del arte universal. Su
primera etapa sevillana es tenebrista, realizando bodegones de gran realismo
(La vieja friendo huevos, El aguador). Se traslada a Madrid
en 1623 donde va a ser nombrado pintor de cámara de Felipe IV. Realiza
dos viajes a Italia (en 1629 y en 1648). Pinta sobre todo retratos del
rey y su familia (Felipe IV, Conde-Duque de Olivares, Príncipe
Baltasar Carlos), a caballo o de caza, y retratos de bufones (Niño
de Vallecas). Pinta también cuadros mitológicos (Los borrachos,
La fragua de Vulcano, la Venus del Espejo, Las Hilanderas)
históricos (La rendición de Breda) y paisajes (Villa Médicis),
lo que significa una novedad en el panorama español. Su obra maestra es
Las Meninas, retrato colectivo de la familia de Felipe IV.
En todos sus cuadros destaca su dominio magistral
de la perspectiva aérea, la luz, el dibujo y el brillante colorido aplicado
con una pincelada suelta, casi impresionista.
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retratos corporativos: modalidad de retrato
colectivo frecuente en Holanda, de gran formato, encargado por asociaciones
y compañías militares para adornar sus salas con retratos de grupo de sus
miembros. Se conocían como doelenstukken ya desde el siglo XVI. El espíritu
democrático de los holandeses y su creencia en el valor de cada persona
los hizo muy diferentes de los retratos cortesanos: carecían de majestuosidad,
los personajes se relacionan en ellos con libertad.
compañía: militar. Los burgueses holandeses formaron
estas compañías (doelen) para defender sus ciudades de ataques o invasiones,
ya desde la Edad Media. Tras la salida de la nobleza española y la pacificación
de las Provincias Unidas ponían orden en las calles, cerrando puertas
y velando por la tranquilidad ciudadana.; también hacían ejercicios de
tiro y otras actividades. Sus miembros prestaban servicio voluntario durante
tres años y, al concluir el periodo, el Ayuntamiento les obsequiaba con
un gran banquete y encargaban un cuadro como recuerdo, que colgaban en
las salas del Cuartel
aguafuerte: técnica de grabado que se hace cubriendo
una placa de metal con resina, sobre la que se dibuja con una aguja; luego
se baña la placa con agua fuerte ( ácido nítrico en agua ) que se " come"
las líneas al descubierto, no protegidas por la resina.
Vermeer: su padre tenia una posada y fue marchante
de pintura, muy probablemente Vermeer heredó ambos negocios. A pesar de
ello tuvo graves problemas financieros, ya que debía mantener a una gran
familia de 11 hijos (su viuda se declaró en bancarrota un año después
de su muerte). Necesitó ayuda económica de su suegra. Su esposa era católica
y quizá se convirtiese a su religión.
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